lunes, 1 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 4


Capítulo 4


Cuando me desperté tenía una cosa muy clara, era que Blas no me quería como le quiero yo y que me voy a olvidar de  él cueste lo que cueste.

Me levante de la cama y me mire al espejo, estaba horrorosa con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Me di una ducha caliente para relajarme y me vestí con un pantalón corto y una sudadera ya que hoy estaba nublado. Baje a desayunar y allí estaba mi madre.

       -          ¿Cómo estas cariño?
       -          Mejor, gracias mamá

Termine de desayunar, cogí las llaves de casa y me dirigí a la puerta.

       -          ¿A dónde vas cariño?
       -          Voy a casa de Lucía, necesito hablar con ella.
       -          De acuerdo, si necesitas algo llámame ¿vale?
       -          Claro, te quiero mamá, adiós.

Cerré la puerta de casa y me dirigí a casa de Lucía. Para ello tenía que pasar por el parque ya que vivía justo al otro lado.

Iba caminando  y pensaba en él otra vez. Me había prometido a mí misma que dejaría de pensar en él pero no puedo, no puedo porque no para de repetirse la imagen de Blas besándose con otra chica. Una lágrima recorrió mi mejilla. Basta ya de pensar en eso, este verano me había prometido olvidarme de los chicos y así hare.

Pasaba por el parque cuando alguien vino corriendo hacia mi.

       -          María…

Era Blas, seguí adelante sin escucharle, lo que menos me apetecía ahora mismo era hablar con él, ¿porque el destino es tan cruel conmigo?, ¿que echo hoy para que me le tenga que encontrar precisamente hoy…?

       -          Por favor espera

Me alcanzó y me agarró la mano.

       -          Hoy no Blas por favor, déjame ¿vale?
       -          No, María, ¿por favor? Habla conmigo ¿vale?
       -          Blas no, en serio hoy no es un buen día.
       -          No, necesito saber qué te pasa, ¿porque te fuiste llorando del bar?, ¿es por mi verdad?

¿Cómo se había dado cuenta de que me fui llorando? Le mire a los ojos y en ellos vi desesperación, dolor, preocupación…

       -          Si es por ti, pero hoy no me apetece hablar contigo, ya te lo contare pero hoy no.

Necesitaba salir de allí, si estaba un minuta más con él me pondría a llorar de nuevo pero no quiero y menos que él me vea.

       -          Lo siento María, pero no te vas a ir de aquí hasta que me digas que te he hecho. Perdóname, en serio,  no sé qué te hecho pero da igual no era mi intención hacerte daño. Por favor, ¿dime que te pasa?.
       -          Tú no tienes la culpa y no te tengo que perdonar nada. Tienes todo el derecho del mundo, es tu vida y yo no soy nadie para decirte que debes hacer.

Mis lágrimas pedían salir a gritos, quería marcharme de allí ya.

       -          ¿Es por Ane no?, no te cae bien, no te gusta. ¿Dímelo? Sabes que para mí es muy importante tu opinión.
       -          No, no es ella, además no la conozco para nada, no sé si es buena, divertida ni nada de nada. El problema no es ella, soy yo Blas.
       -          No te entiendo nada María, ¿qué quieres decir que el problema es tuyo?
       -          Que estoy así porque soy una estúpida y una idiota, eso es lo que pasa
       -          María, tú no eres ninguna…
       -          Si lo soy y punto

Ya no aguante más y me puse a llorar allí mismo delante de él.

       -          Eh? María, no llores, anda ven aquí.

Me cogió de la mano y me atrajo a él y me abrazó. Me sentía segura entre sus brazos. Me separe de Blas y me limpio las lágrimas.

       -          Dime que te pasa, María. ¿Por favor?
       -          Lo que pasa Blas es que…

4 comentarios:

  1. VOY A MATAR A LA ARPÍA ESA e.e
    Pobre María...pero Blas es muy tierno porque quiere saber lo que le pasa a su mejor amiga pero tiene que darse cuenta de que ella le gusta, es obvio.
    SIGUIENTE :)

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    1. Jajaja si lo se es demasiado obvio y la verdad te doy toda la razon es una arpia jaja

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  2. Que perra es Ane, no Blas déjala y hazme caso a mi,ve con María por favor.

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