jueves, 28 de noviembre de 2013

Un amor de verano - Capítulo 50


Capítulo 50:



Narra Álvaro:

Empiezo con mi relato de la primera que lo hicimos, bueno casi.

“Inicio del  Flashback”

Hacía un día nublado cuando me desperté, un día de esos que están tristes y que no te apetecen hacer nada de nada, pero yo estaba feliz y contento, hoy había quedado con mi chica. Con Didi, tenía preparado algo precioso que espero aunque estoy seguro que le va a encantar.

Me arreglo y me dispongo a preparar todo para esta tarde, para nuestra tarde.

Llega el momento de pasar a buscarla, me miro en el espejo antes de salir por la puerta, me miro la camisa y el pantalón y pienso “estoy irresistible” ja, ja, ja, a veces soy un poco creído.

Me monto en el coche tras salir por la puerta del portal y me dirijo a su casa, allí en la puerta me espera ella con un vestido azul oscuro que le sienta como un guante. Me ve llegar y se dirige a hacia mí con una sonrisa en la cara. Abre la puerta del coche y se sienta.

                -          Hola guapo – me dice dirigiéndose a mi boca.
                -          Mmmmm hola hermosa – le contesto tras separar nuestros labios de ese perfecto beso.
                -          ¿A dónde me llevas? – me pregunta curiosa.
                -          Ahhhh sorpresa.
                -          Jo – se queja y pone cara de pena.
                -          Ja, ja, aunque me pongas esa cara no te lo voy a decir ja, ja.

Transcurrió todo el camino entre risas y besos robados por mi parte. Llegamos al lugar de destino. Salgo y le abro la puerta del coche.

                -          Muchas gracias caballero – me dice riéndose mientras sale del coche.
                -          Ja, ja, ja me concede el honor – le digo estirando el abrazo hacia ella.

Me lo coge gustosamente y nos dirigimos hacia el local donde hoy íbamos a cenar. Entramos y Didi se quedó sorprendida, era un restaurante precioso junto al mar, nos dirigimos a nuestra mesa, se encuentra apartada del resto en la terraza con vistas al mar.

                 -          Es precioso Álvaro – me dice agarrándome del cuello y besándome.
                 -          Tú lo eres más – le respondo y la vuelvo a besar con ganas.

Pasamos el resto de la noche cenando, haciéndonos mimitos y besándonos, de eso no faltaba.

Se hizo de noche y nos dirigimos a mi casa, que la comparto con Blas. Nos besamos sin parar, cada vez íbamos subiendo la intensidad de nuestros besos. La empuje hacia la pared y le bese en el cuello dejándola un rastro de ellos desde el nacimiento de su pelo hasta el inicio de su escote. Cuando llego a esa zona Didi suelta un gemido y es cuando me enciende. Me separo de ella y comienzo a quitarme la chaqueta y la camisa con su ayuda. Me vuelve a besar intensamente y me besa en el cuello, en mi punto débil, ¡joder como me ponen esos besos! Comienzo a bajarle la cremallera del vestido y lo deslizo por su cuerpo hasta que cae al suelo.

                  -          ¡Dios como me pones Didi! – le digo gruñendo.

La oigo reírse y me pongo más cachondo. La agarro del culo y la subo y ella enrolla sus piernas, cuando de repente oigo pisadas bajando las escaleras.

                  -          ¡Ay dios no he visto nada! – dice Blas y vuelve por donde ha venido.

“Fin del Flashback”

                  -          Y hasta ahí es la primera vez que estuvimos a punto de hacerlo pero este pelmazo nos interrumpió – digo señalando a Blas.
                  -          Oye lo siento, no sabía que ibais a estar los dos ahí abajo en plan… ya sabes… - intenta disculparse Blas.
                  -          Ja, ja, ja – se ríen los demás.
                  -          ¿Ésta solo fue Blas no? – dice Dani.
                  -          Si, las demás iban los dos juntitos.
                  -          ¿Cuál fue la siguiente?
                  -          La siguiente fue cuando nos fuimos todos el fin de semana a la playa, esa vez estábamos los dos en unas rocas escondidas de la vista de la gente, cuando aparecen estos dos andado como si nada.
-          Oye habíamos ido a buscaros para irnos a comer, si no estuvierais haciendo cosas perves nosotros no hubiéramos interrumpido nada importante – vuelve a defenderse Blas.
                  -          ¿Y la penúltima? – pregunta David.
                  -          Fue la semana pasada en el jardín de la casa de las chicas, estábamos solos en casa así que, ¿qué mejor momento que aquel? Pero no ellos tuvieron que entrar por la puerta del salón al jardín y volvernos a interrumpir – digo ya un poco molesto mirando a Blas mal.
                  -          Si no estuvierais…. – dice Blas pero no le dejan terminar.
                  -          Lo sabemos Blas – dice Carlos riéndose.
                  -          ¿Y tú Blas qué? – le pregunto.
                  -          ¿Yo qué? – pregunta de manera desinteresada, pero estaba nervioso.
                  -          Pues tú con María.
                  -          Nada.
                  -          Eso no se lo cree nadie – dice David.
                  -          Bueno, ella y yo … pues …

Narra Didi:

                   -          Pues haber, Álvaro y yo nos conocimos en una tarde que salía de mis clases de baile.

“Inicio del  Flashback”

Iba entretenida pensando en mis cosas y escuchando música mientras tomaba un café, cuando choque con alguien y le derrame todo el café por encima.

                 -          Lo siento, lo siento, que patosa soy – le digo intentando disculparme deprisa.

Me mira a los ojos y se queda petrificado mirándome hasta que me responde:

                 -          No te preocupes preciosa, yo también iba distraído.
                 -          ¿Puedo ayudarte en algo? ¿Puedo hacer algo por ti? – le pregunto.
                 -          Por poder… ja, ja, que maleducado soy, me llamo Álvaro -  me dice sonriéndome y dándome dos besos.
                 -          Yo soy Diandra, pero mis  amigas me llaman Didi – le contesto.
                 -          ¿Me acompañas a casa y luego vamos a una cafetería y te compro otro café? – me pregunta.
                 -          ¿Intentas tener una cita conmigo? – le digo riéndome.
                 -          Ja, ja, bueno puede que sí, puede que no, nunca lo sabrás ¿qué me dices?
                 -          Está bien.

“Fin del Flashback”

                 -          Ohhh que bonito – dice Natalia.
                 -          La verdad es que fue el destino quien nos ha unido – digo.
                 -          Cuéntales cómo te pidió que fueses su novia – dice María.
                 -          ¿Tú lo sabes María? – pregunta Adri.
                 -          Aja – dice María.
                 -          Que fuerte ¿y a nosotras no nos lo había dicho? Que mala persona – dice Natalia.
                 -          No te pongas así, ahora mismo os lo cuento, era un día precioso de otoño, hacía un poco de fresco…

“Inicio del Flashback”

Me cambie y me puse la ropa para ir a baile, como iba todos los viernes por la mañana ya que los viernes no tenía clases de la universidad. Llegue al estudio y pase una clase estupenda y fantástica, bueno todas me gustan.

Al salir hice mi rutina de siempre, fui a la cafetería a por mí café y me dispuse a ir hacia la parada de bus para llegar a casa ya que me moría de hambre, es lo que tiene tanto ejercicio cuando alguien me da unos golpecitos en la espalda. Me giro y veo a un chico, de repente se pone a bailar. ¿Qué es esto? ¿Este tío está loco no? ¿Qué hace bailando en la calle? Comienza a sonar una música muy pegadiza con el baile que estaba realizando. A continuación una chica se pone también a bailar los mismo pasos del chico y así sucesivamente 2, 3, 4 … cada vez se unían más personas a bailar. Me rodearon. 

¡Madre mía que vergüenza estoy pasando! La música dejo de sonar y se reemplaza por una más lenta.

Alguien me pone un ramo de rosas delante de mis ojos, las cojo y la huelo, son preciosas. Me giro para averiguar quién está de tras de todo esto. Al hacerlo lo veo, es él, mi niño bonito.

                  -          ¿Álvaro…
                  -          Shhhhh – me calla poniendo un dedo sobre mis labios.
                  -          Pero…
                  -          Shhh pequeña, déjame hablar a mi ¿vale? – me dice.

Asiento con la cabeza. Lo veo arrodillarse ante mí, me agarra la mano, me la besa y me dice:

                   -          Didi, quiero decirte desde aquel día que tiraste tú café encima de camiseta, justamente aquí, has sido la persona más importante de mi vida, doy gracias a dios por hacer que nuestro destino nos junte. Eres lo más importante de mi vida, eres todo lo que siempre quise. Eres mi primer pensamiento cada mañana y mi último al acostarme. Quiero tenerte siempre a mi lado, verte sonreír y ser yo el causante de esa felicidad. Quiero darte todo, incluso más. Quiero estar contigo siempre, quiero envejecer contigo. Quiero que seas la madre de mis hijos. Eres la persona más maravillosa y absolutamente perfecta. No sé si te merezco pero lo que sí sé es que te amo. ¿Quieres ser mi novia? – me dijo mirándome a los ojos.

Yo no paraba de llorar, era lo más bonito que nadie me había dicho nunca. Estaba feliz porque el chico que amaba me correspondía. Todo el mundo estaba en silencio esperando mi respuesta. Le miro y veo que empieza a asustarse, teme que le diga que no y lo veo en sus ojos.

                  -          Si, si, si y sí. Te diría un sí siempre – le contesto.

Le veo una sonrisa esplendida en su cara, se levanta y me coge y me da vueltas en el aire. Le paso mis manos por su cuello y él se acerca a mis labios y me besa dulcemente.

                   -          Me acabas de hacer el hombre más feliz sobre la faz de la tierra – me dice mientras apoya su frente con la mía.
                   -          Y tú la mujer más feliz del universo – le digo.

Y nos fundimos en un beso.

“Fin del Flashback”

                   -          Y si fue como Álvaro me pidió ser su novia – les digo.
                   -          Dios si es que sois para comeros – dice Lucía con cara soñadora.
                   -          Madre mía que monos – dice Natalia.
                   -          Álvaro sí que se lo ha currado – dice Adriana.
                   -          Pues la verdad es que sí.

Note a María un poco distante y triste. Sé lo que está pensando, y tiene cuatro letras: BLAS.

                   -          Ya está bien, se acabo de hablar de mí, ahora vamos a hablar de María – digo.
                   -          ¿De mi porque? – pregunta nerviosa.
                   -          Ya está bien María, sabemos que estas sufriendo, ahora cuéntanos que es lo que te pasa, desahógate con nosotras, por favor – le dice Lucía.
                   -          Está bien – dice mirando al suelo.

Narra Blas:

                    -          Pues no se chicos… las cosas están muy raras la verdad. Sé que ella siente cosas por mí, incluso ella me lo ha dicho – digo.
                    -          ¿Y tú? – me pregunta Dani.
                    -          ¿Qué que es lo que siento yo por ella? No lo tengo muy claro. Siento algo cuando estoy con ella pero creo que estoy confundiendo el amor con el amor de la amistad. Pero no estoy seguro – le contesto.
                    -          Antes la amabas, digo, antes del accidente – me dice Álvaro mirándome.
                    -          ¿Y qué me dices con eso? – le pregunto.
                    -          Que intentes recordar, María está triste, no come, no duerme, no puede olvidarte y te ama cada día más – me dice.
                    -          Yo… intentaré recordar lo prometo y en vacaciones tomaré un decisión de que es lo que hare con mi vida.

Narra María:

                     -          Os contaré todo lo que queráis – les digo.
                     -          ¿Cómo te encuentras ahora? ¿Cómo te sientes? – me pregunta Natalia.
                     -          Pues estoy fatal la verdad. Ya no sé qué más hacer, no soporto más esta situación. No como bien, no duermo bien, me paso todo el día triste por las esquinas. El único momento que estoy realmente bien son los momentos que paso con Blas – termino llorando.
                     -          Ohhh María ¿por qué no nos habías contado nada cielo? – me dice Adriana abrazándome.
                     -          ¿Y con Blas cómo están las cosas? – me pregunta Lucía.
                     -          Bien, pero él solo me ve como una amiga, como una buena amiga. Lo he intentado todo chicas, absolutamente todo para que vuelva a enamorarse de mi pero sé que él ya no me va a ver nuca más así – digo con voz quedada y sin dejar de llorar.
                     -          ¿Y qué piensas hacer? – me dice Didi.
                     -          No lo sé, esperaré hasta después de vacaciones de Navidad y si esto no cambia, no sé lo que haré. Probablemente me marche para intentar olvidarlo.

Las chicas me abrazaron y pasamos todo lo que quedaba de la tarde y noche riéndonos y viendo películas, la verdad necesitaba una tarde de chicas.

Al llegar la noche no pude dejar de pensar en Blas, en todo lo que ha significado para mí. No sé lo que voy a hacer de aquí en adelante pero lo sé algo que sé a ciencia cierta.

Me paso toda la noche llorando por él y por lo que podríamos haber sido juntos los dos.


SIN BLAS YO NO SOY NADIE, SIN ÉL MI VIDA NO TIENE SENTIDO, NO SOY NADIE SIN ÉL.







Autora:

Hola chicas!!! espero que os haya gustado mucho el nuevo capítulo y siento tanto la tardanza pero estaba con los examenes finales de evaluación. Muchas gracias a todas por desearme suerte.

Jo no puedo creer que ya sea el capítulo 50, gracias a todas por seguir cada uno de los capítulos y comentarlos, sin vosotr@s esto no seguiría hacia delante. Gracias de corazón.

Espero vuestros comentarios abajo como siempre, dándome vuestra opinion.

¿Qué creereis que pasará a continuación con Blas y María? ¿Blas recuperará la memoria como va ha intenta? ¿Qué hará María si no recupera a Blas? ¿Volveran? ¿Se enamoraran de nuevo? ¿María se marchará? ¿Blas no sentirá lo mismo que siente María?

Besos, María.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Un amor de verano - Capítulo 49


Capítulo 49:



Narra Álvaro:

No lo dudo ni un instante y comienzo a bajarle las bragas poco a poco para hacerla sufrir cuando alguien abre la puerta de golpe.

              -          Didi, Blas y… - dijo María apareciendo por la puerta pero sé quedo muda viendo la escena.
              -          Nosotros lo sentimos mucho… - dice Blas, mirándonos perplejo y tapando los ojos a María.

¡Me caguen la puta! ¿Por qué siempre son ellos los que nos interrumpen siempre? Agggg sé que Blas y María son mis mejores amigos pero hay veces que les odio a más no poder. Me giro hacia donde se encuentra Didi tapada con las sabana, más bien mal tapada por las prisas, y roja como un tomate de la vergüenza que tiene ahora y yo solo puedo reírme de lo adorable que esta así.

              -          ¿Qué queréis? – les pregunto malhumorado.
                    -          Solo veníamos a deciros que los chicos habíamos decidido que hoy tocaba tarde de chicas y chicos y veníamos a preguntaros que os parecía pero creo que será mejor que hablemos después – dice María.
                    -          Si cuando os vistáis – dice Blas aguantando la risa.
                    -          Ahora mismo vamos – les respondo.

Blas y María cierran la puerta y entonces, no aguanto más y beso a Didi apasionadamente, pero ella me aparta.

                    -          No Álvaro, ahora no debemos bajar – me dice.
                    -          ¿En serio? – le pregunto sin creerme lo que me estaba haciendo.
                    -          Te lo estoy diciendo en serio.
                    -          No puedes hacerme esto, no puedes dejarme con este calentón ¿ahora qué hago yo con esto? – le pregunto apartando las sabanas y mirando a mis boxers.
                    -          Ja, ja, ja, creo que te vendría bien una ducha bien fría ja, ja, ja. – me dice riéndose a más no poder.
                    -          Ja, ja, ja, muy graciosa cielo. Pero esto no se queda así, ya verás cuando te pille yo – le digo giñándole un ojo.
                    -          Eso ya se verá Álvarito.

Me meto en la ducha y el agua fría me relaja y va bajando el calor interno que tenía. Ojalá no hubieran entrado por esa puerta.

Salgo del baño y veo que Didi ya se ha cambiado y se esta peinando.

                     -          Ummm – gruño cuando la veo vestida – tú lo que quieres es provocarme ¿verdad?
                     -          Ja, ja, no cielo, no - dice irónicamente.

Se acerca lentamente a mí y me acerca a ella agarrándome de la camiseta hasta quedar los dos separados por pocos milímetros. Pone sus brazos en mi cuello y se acerca lentamente a mis  labios. Los roza y sin haberlos besado me susurra:

                     -           Te amo Álvaro.

Y entonces me besa, es un beso cargado de amor y pasión, pero sobre todo en él veo todo lo que me ama y no sabe cómo decirlo y viceversa, yo le digo con ese beso cuanto la amo.

                     -          Deberíamos bajar  ya Álvaro – me dice apartándose de mí.
                     -          Tienes razón, pero te juro que un día de estos los mato, a los dos.

Abre la puerta y la oigo reírse de mi comentario mientras baja por las escaleras, me encanta esa risa que tiene, es tan… ella.

Llegamos al salón y nos ven y se empiezan a reír de nosotros y estoy seguro de que estos dos bocazas ya lo han dicho.

                      -          Ya que estamos todos al fin… - dijo Natalia mirándonos a nosotros dos en particular.
                      -          Hemos pensado que hoy podríamos hacer una tarde-noche de chicas – dijo Lucía.
                      -          Me parece una idea estupenda – dice David.

Todos asentimos al comentario de David.

                       -          Pues bien, nosotras nos quedaremos aquí en nuestra casa – dice María – y vosotros no lo sé ni me importa ja, ja.
                       -          Ja, ja, ja, que graciosa – le dice Blas.
                       -          Se supone que debemos de desconectar de los chicos y ni quiera hablar en todo lo que queda de día – sigue diciendo María.

La he visto, sé que se lo decía a Blas en particular. Está sufriendo y sé que necesita este momento para olvidarse por un instante de todo lo que la rodea. Y sé que este plan ha sido una buena idea en cuanto la veo como intentan salir unas pequeñas lágrimas por sus ojos. Sé que estará bien y que las chicas la consolarán porque necesita desahogarse de todo lo referente con Blas.

No ponemos en marcha las chicas se quedan en su casa y nosotros nos vamos fuera.

                       -          ¿A dónde vamos? – pregunto deseando saber la respuesta ya que empezaba a hacer un poco de frío.
                       -          ¿Qué os parece ir a mi casa y después ya decidimos? – propone Dani.
                       -          Genial – dice David.

Nos encaminamos todos a casa de Dani, iba andando solo ya que me apetecía pensar en mis cosas cuando me doy cuenta de que todos me miraban y se miraban entre si riéndose. Hay madre la que me espera.

Llegamos y nos sentamos todos en los sofás, cuando de repente se callan todos y me miran.

                       -          ¿Qué? – les pregunto – ¿tengo monos en la cara o qué?
                       -          Ja, no es eso – dice Blas.
                       -          ¿Pues entonces qué?
                       -          No solo queríamos saber que había pasado arriba, en la habitación de Didi ¿lo habéis hecho? – pregunta Dani sin cortarte.
                       -          ¿Y a ti que te importa eh? – le pregunto enojándome.
                       -          Hombre porque nos interesa saberlo a todos – dice David.
                       -          No, no lo hemos hecho. María y Blas nos interrumpieron – digo avergonzado.
                       -          ¿Otra vez? – dice Carlos – Ya estáis otra vez vosotros dos liándola.
                       -          Oye no te metas con nosotros, no tenemos la culpa de que estuvieran esa situación tan… - se defiende Blas.

Todos acaban riéndose. Charlamos de todo un poco hasta que Dani, como no, vuelve a sacar el mismo tema.

                       -          Oye Álvaro ¿cuéntanos cuántas veces Blas y María os has interrumpido vuestro “pinchito”?
-          Ja, ja, ja – se ríen los cuatro menos yo.
                       -          Cuatro – le digo.
                       -          Ja, ja – se ríe Carlos junto con los demás – sabemos una, ¿nos cuentas las demás? Si no nos lo cuentas lo contará Blas.
                       -          Está bien os lo contaré. La primera vez estábamos…

Narra Didi:

Nos quedamos sentadas en el sofá hasta que a Natalia se le ocurrió que preparásemos una merienda y luego nos sentaríamos todas para ponernos al día porque algunas lo necesitaban. Preparamos galletas, magdalenas, palmeras… vamos en conclusión todo tipo de dulce, ya que lo ibas a necesitar y también chocolate, dicen que el helado es el mejor amigo cuando estas triste y deprimido pero nosotras cuando hace frío preferimos chocolate.

Por fin ya sentadas en los sofás como más cómodas estábamos me dicen.

                       -          Oye Didi nunca nos has contado como conociste a Álvaro ni cómo te pidió que fueses su novia ¿nos lo cuentas? – me pregunta Adriana.

Dudo un segundo, y en ese segundo miro a Lucía que me señala con los ojos a María y se perfectamente lo que quiere decirme. Primero vamos a hacer que se sienta mejor y se distraiga un poco, porque siempre los encuentros con Blas cada vez la dejan más apagada de lo que ya está, luego si eso ya haremos que se desahogue con nosotras y que nos cuente como lo está pasando todo, todo lo relacionado con Blas y sobre todo y lo que nos debe preocupar a todas es como se encuentra su corazón porque creo que ya no va a aguantar más en esta situación.


                       -          Pues haber, Álvaro y yo nos conocimos…






Autora:

Hola chicas!!! Espero que os haya gustado el nuevo capítulo y siento haberos echo esperar tanto para leerlo. Tengo que decir que el capítulo no esta muy bien pero lo he hecho lo mejor que he podido porque llevo toda la semana mala y quería que por lo menos tuvierais un capítulo a lo que aferraros en esta semana. Siento deciros que posiblemente la semana que bien no podre subir ya que estoy con los exámenes finales de la primera evaluación. Desearme suerte chicas.

Espero vuestros comentarios abajo y por favor ser sinceras y no os cortéis ni un pelo en decirme lo que queráis.

Gracias una vez más, como digo siempre, por leerla y serle unas fieles lectoras a esta novela que escribo con mucho amor y cariño para vosotros.

        Besos, María.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Un amor de verano - Capítulo 48


Capítulo 48:


Antes de que comencéis a leer tengo que avisaros de que este capítulo es totalmente diferente a los que he echo y contienen escenas subidas de tono. Yo os he avisado, ahora sois vosotras las que decidis si quereis leerlo o no.




Narra Didi:

Había pasado un mes un mes desde que había conocido al chico de mis sueños, si Álvaro, es absolutamente perfecto, bueno y cariñoso conmigo.

             -          Hola amor – me dijo Álvaro sorprendiéndome.
             -          Hola cielo – le conteste.

Me agarra por la cintura y me besa, más bien me come a besos. Cada día me gusta más, es tan salvaje y a la vez tan bueno como el pan…

             -          Mmm… - gruñe.
             -          Jajaja
             -          Te amo.
             -          Yo también te amo.

Me empieza a besar, cada vez más intenso. Me aprieta más a él y yo pongo mis manos alrededor de su cuello para poder intensificar el beso. Sus labios pasan a mi cuello y sigue con sus besos allí. Sabe que esa zona me puede y no puedo evitar soltar un gemido. Se separa y me mira a los ojos, en ellos hay lujuria y amor, pero sobre todo deseo.

Me empuja contra la pared y me sigue besando. Me agarra del culo y me sube encima, haciendo que enrede mis piernas en su cintura. Cada vez me estoy excitando más. Me lleva hasta la cama de mi habitación donde nos encontramos y se sienta en ella. Me sigue besando sin descanso, mientras sus manos recorren todo mi cuerpo sin dejar ni un trozo de piel por recorrer. Cada vez siento más y más calor y sé que esta vez no voy a poder parar. Me quita la camiseta y me observa atento todo mi cuerpo y no puedo evitar sonrojarme, ya que nunca había estado en esta situación.

              -          Deja de mirarme – le digo.
              -          No quiero – me contesta sonriente.
              -          Por favor – le insisto y esta vez intento taparme.
              -          Deja de taparte eres absolutamente perfecta.

Narra Álvaro:

Cuando consigo apartar sus manos de su cuerpo la vuelvo a besar con ganas. De repente toma el control de la situación y empieza a dejar pequeños besos en el cuello que me matan. Comienza a subir la camiseta lentamente, que me parece una eternidad. Acaricia mis brazos, mi pecho, mi espalda… sus caricias me vuelven loco y la beso pero esta vez juego con nuestras lenguas, rozando sus carnosos labios, mordiéndolos y lamiéndolos.

Se ríe y no sé porque, pero debe de estar planeando algo seguro, pero me da absolutamente igual, ahora en lo único que puedo pensar es en ella, en el roce de su piel, en sus besos, sus caricias… Me mira a los ojos y de repente me besa salvajemente y comienza a moverse lentamente sobre mis piernas. ¡Oh dios mío! Esto no por favor me va a matar. Sus movimientos de cadera me enciende y lo noto, y sé que está despierto y que nada me va a parar. No aguanto más y la cojo y la echo sobre la cama. Me tumbo encima de ella sin aplastarla y seguimos con nuestra guerra de besos. Ella me acaricia la espalda y consigue que quede debajo de ella. Se sienta a horcajadas sobre mis caderas y me levanto y la rodeo con mis brazos atrayéndola a mí. Pero sus manos me empujan hacia atrás quedándome echado sobre la cama. Agarro su cintura y cuando me quiero dar cuenta se comienza a desabrochar el sujetador y se en este momento que todo va en serio, que ninguno de los dos vamos a parar.

La observo es tan perfecta… me mira y sonríe picarona. Coge una de mis manos y comienza a subirla desde su cintura hasta llegar a sus pechos donde se para. La acaricio allí y sé que la está gustando. No soporto la idea de estar abajo, aquí el que mando soy yo así que la echo sobre la cama y la beso. La sigo acariciando y comienzo a repartirle besos por todo el cuerpo y me detengo allí es sus pechos y la oigo gemir, sonrío, sé que la está gustando tanto como a mí.

Sigo bajando y veo que hay un pequeño impedimento y son sus pantalones. La miro a los ojos pidiendo permiso y Didi asiente. Comienzo desabrochando el botón del pantalón y se los bajo lentamente mientras la miro a los ojos y veo desesperación en ellos. Miro sus braguitas, las lleva verdes, joder como sabe provocarme.

Narra Didi:

Veo que mira mis bragas y me rio internamente porque se que eso lo acaba de poner y mucho. Ya que él me ha quitado el pantalón comienzo a quitárselo a él. Cuando lo veo en boxers me pongo roja como un tomate de la vergüenza y siento un calor intenso recorrer todo mi cuerpo y sé que Álvaro me acaba de excitar a sí.

                -          ¿Estas segura de que es lo que quieres? – me pregunta inseguro mirándome a los ojos.
                -          Completamente, quiero que seas tú el primero, quiero que me hagas tuya – le susurro al oído.


Álvaro no lo duda ni un instante y comienza a bajarme las bragas poco a poco para hacerme sufrir cuando…






Autora:

Hola chicas!! Siento mucho la tardanza, espero que puedan perdonarme y que sea muy corto pero prometo que subiré otro este fin de semana.

Espero que os haya gustado, para mi ha sido todo un reto puesto que nunca había escrito este tipo de cosas y quería intentarlo y saber que os parecía, esos si espero que me digais cosas para mejorar y lo que no os ha gustado.

Espero vuestros comentarios abajo.

Gracias a todas por leer y ser unas fieles lectoras a pesar de mi tardanza al subir.

Besos, María.