martes, 16 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 21


Capítulo 21


Narra Blas:

Llegamos al aeropuerto, llegaba el momento. Entre por la puerta y me dirigí a la terminal, por la que salía mi vuelo.

Llegue allí, pero María aún no llegaba. Espero que venga, necesito despedirme de ella, como no venga me muero, no podría marcharme si ella no viene, estoy seguro y lo juro, que me quedo aquí, porque sabré que ella quiere que me quede.

Me senté en el banco y me dispuse a esperar a la llamada del vuelo.

Narra María:

El bus paró en la parada del aeropuerto, me baje y me dirigí a la puerta. Antes de pasar por la puerta, me pare.

No estaba segura de sí irme a despedir de Blas o no. Por una parte no quería verle, a sí estaba bien y no tendría que verle a los ojos y verle marcharse. Pero por otro lado quiero despedirme de él,  quiero verle por una última vez, besarle, abrazarle, y además Blas es capaz de quedarse porque yo no voy a despedirme de él, y no puedo dejar que él arruine su sueño, su vida, por mi.

Decidí entrar y que sea lo que tenga que ser.

Me dirigí a la terminal que Blas me había dicho ayer. Lo busque con la mirada y lo vi sentado en un banco.

Blas se percató de mi presencia y me miró, pude ver en sus ojos la tristeza y el dolor que había en ellos.

No podía mirarle a los ojos.

Me acerqué a él lentamente. El momento se acercaba.

Narra Blas:

Miré y la vi, estaba allí, preciosa como siempre. La mire con tristeza y ella me miró a los ojos y la vi que estaba muy triste. Se acercó a mi.

Me levante y me dirigí a ella.

La amaba, la quería, quería estar con ella.

Ella se acercó a mí y le abrí mis brazos. Ella corrió a ellos y se refugió en mis brazos llorando.

         -          Todo va a salir bien, tranquila, te amo y pronto volveremos a estar juntos, te lo prometo. ¿Vale?
         -          Vale.

Ella me miro a los ojos, se acercó a mis labios y me beso. Me beso como nunca lo había hecho.

Ese beso había sido el mejor y el peor de todos. Ha sido el último y el más doloroso de todos.

Narra María:

Me acerqué a él, Blas se levantó y se dirigió hacia mí con los brazos abiertos y corrí a ellos para refugiarme en ellos.

Cuando sentí sus brazos rodeándome, me sentí segura pero no pude evitar llorar. Le amo.

          -          Todo va a salir bien, tranquila, te amo y pronto volveremos a estar juntos, te lo prometo. ¿Vale?
          -          Vale.

Cuando Blas me dijo eso me sentí más tranquila, le miré a los ojos. Y acerqué mis labios a los de él y le bese como nunca antes lo había hecho.

Ese beso había sido el más maravilloso de todos pero el más doloroso de todos.

Una voz nos separó.

          -          Pasajeros a bordo para el vuelo a Madrid.

Entonces ya no pude parar de llorar, se iba, había llegado el momento.

Vi que unas lágrima corrían por su mejilla.

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