lunes, 15 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 20


Capítulo 20


Narra María:

Habían pasado ya los tres días, hoy era el momento, ese momento que no quería que hubiera llegado, ese momento que no quiero que pase.

Hoy Blas se marchaba a Madrid.

Le iba a echar muchísimo de menos, pero me alegro por él, es su sueño, vivir de la música y espero que lo consiga porque se lo merece.

Estos tres días habían sido inolvidables, no me había separado de Blas ni un momento. Cada día le amo más.

Sé que me va a doler mucho cuando se valla, sólo espero poder sobrellevarlo.

Me levante y me vestí. Baje a desayunar, mis padres ya estaban allí desayunando.

        -          Hola princesa.
        -          Buenos días.
        -          Ya llegó el día ¿no?
        -          No hace falta que me lo digas a todas hora papá.
        -          Lo siento, ¿Quieres que te lleve?
        -          No gracias papá, cogeré el autobús.
        -          De acurdo.

Acabe de desayunar, cogí el móvil, las llaves y la tarjeta del bus. Salí de casa y me dirigí a la parada del bus.
Cuando llegó el bus, entré y me senté. El autobús me llevaba al aeropuerto. Unas lágrimas surcaron mi cara.

Me llevaba a la despedida más dolorosa de todas.

La marcha de Blas.

Narra Blas:

Había llegado el día, ese día que no quería que llegara pero que a la vez quería. Por una parte quería cumplir mi sueño, hacer lo que quiero, pero por otra parte no sé si voy a poder soportar la despedida con María.

Mi niña, como la voy a echar de menos, estos tres días habían sido únicos y especiales. No me había apartado de ella ni un instante, quería aprovechar todo el tiempo posible con ella.

Me levante y me vestí. Baje a desayunar y mis padres ya estaban allí. Cuando terminé de desayunar fui a buscar mis maletas y las metí en el maletero del coche.

Mis padres me esperaban en el coche pero decidí volver a entrar en mi casa. Esa casa había sido la que me había visto nacer, la que me ha visto crecer, llorar, reír y sobre todo la que me ha visto feliz junto a María. La que nos ha guardado desde pequeños nuestros secretos. Una lágrima se deslizo por mi mejilla.

Entre en el coche un poco triste, ese, es y será siempre mi hogar, mi casa.

Nos dirigimos al aeropuerto.

Aquel que me iba a hacer dar un paso muy importante en mi vida y aquel que me va hacer dejar a algo muy importante.

Se acercaba la despedida con María, iba a ser doloroso, lo sé.

Sólo espero poder afrontarlo.

2 comentarios: