miércoles, 17 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 22


Capítulo 22


Narra Blas:

Cuando la voz dijo pasajeros a bordo del vuelo a Madrid, mi corazón se paró, y mis lágrimas recorrieron mi cara.

No quería marcharme, quería quedarme con María, estar con ella y no hacerla sufrir.

La mire a los ojos y vi en su mirada el dolor que había en ella y todo su sufrimiento, y no pude más.

         -          Me quedo. No puedo verte así, no pudo estar sin ti. Esta decidido, me quedo.

Narra María:

Blas me acababa de decir que se quedaba por mi. Era lo más bonito que habían echo y dicho por mi. Pero no iba a dejar que arruinara su sueño por mi.

         -          ¿Pero que estas diciendo Blas?
         -          Que me quedo contigo, que lo dejo.
         -          Ni loco, tú te vas.
         -          No, no me voy.
         -          Sí, si que te vas. No voy a dejar que arruines tu sueño, tu futuro, por mi.
         -          Pero… yo te amo.
         -          Lo sé, no lo voy a olvidar nunca, pero tienes que hacerlo. Estaré aquí y te apoyaré desde la distancia.
         -          Tengo miedo de perderte para siempre.
         -          No lo harás, no me perderas, te lo prometo.
         -          ¿Me esperaras?
         -          Te esperaré siempre.

Y me acercó a él y me beso. Le amo.

Se me dibujo una sonrisa en la cara, Blas iba a cumplir su sueño y eso es lo que importaba.

         -          ¿Y tú me esperaras?
         -          Siempre.

Nos volvimos a besar.

          -          Última llamada para los pasajeros con destino a Madrid.

Nos abrazamos y nos volvimos a besar.

          -          Llámame todos los días.
          -          Eso no lo dudes princesa.
          -          Te amo.
          -          Yo también te amo princesa.

Nos separamos y le dediqué mi mejor sonrisa de todas.

Se despidió de sus padres con un abrazo y se encamino a la puerta. Antes de pasar me miro por última vez y me dedicó esa sonrisa que tanto amaba, y desapareció.

Se marchó.

Me senté en el banco y me puse a llorar.

“Adiós Blas, pronto nos volveremos a ver, te amo” pensé.

Narra Blas:

Cuando María y yo nos despedimos fui a abrazar a mis padres y me encaminé a la puerta. Antes de entrar la miré una última vez. Estaba preciosa y con esa sonrisa que me mataba. Le dediqué esa sonrisa que ella siempre la volvía loca y desaparecí.

Me senté en mi asiento y ya no pude aguantar más y lloré, lo solté todo, todo aquello que había retenido por ella, para que no me viera así.

“Adiós María, pronto nos volveremos a ver, te amo” pensé.

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