viernes, 22 de marzo de 2013

Imagina Álvaro

Imagina Álvaro

Ibas por la calle caminando como cualquier día pensando en Álvaro, el chico del que estabas enamorada desde hace unos años, y en los tonteos que os llevabais hace un par de semanas. 
Pensabas en lo guapo que era, lo sexy que era, en su preciosa sonrisa, en fin… en todo. 
Cundo de repente lo ves a lo lejos y para tu asombro se está besando con otra chica. Te quedas parada mirándoles y unas lágrimas empiezan a caer. Entonces él te ve y se te va acercando pero echas a correr en dirección a tu casa. Notas que Álvaro te persigue y te coge y te para. 
- “(tu nombre) no es lo que tú piensas, de verdad” te dijo. 
- “¿A no? ¿Y lo que he visto que son imaginaciones mías?” le respondes llorando. 
- “No pero…” 
- “Pensé que entre nosotros pasaba algo, pero veo que me he equivocado, sois todos iguales” le cortaste.
Y te ibas pero te volvió a agarrar. 
- “No espera, por favor, yo no quise fue ella, yo te qui…” 
- “Me da igual Álvaro, ya está hecho y por favor déjame irme, no quiero volver a verte más” le dijiste. Cuando dijiste esas palabras le brotaron lágrimas en los ojos y te soltó. Tú cogiste y te marchaste corriendo a casa. 
Cuando llegaste te encerraste en tu habitación y lloraste hasta que no te salían más lágrimas. No quisiste cenar. 
A las diez de la noche te llego un mensaje de Álvaro y decidiste leerlo, ponía: 
“Perdóname princesa, yo no quería hacerte daño”. 
Con esas palabras lloraste más y le contestaste: 
“Pero lo has hecho”. 
Al cabo de un rato te contesto: 
“Lose, y quiero arreglarlo, por favor, necesito hablar contigo”. 
Lo pensaste durante un rato y respondiste: 
“De acuerdo”
 “Mira por la ventana :P”
Abriste la ventana y allí estaba él, más sexy que nunca y con un ramo de rosas. Bajaste y fuiste hasta él.
- “Hola preciosa” te dijo. 
- “Hola” le contestaste un poco seca.
- “Toma son para ti, sé que con esto no me sirve para pedirte perdón, pero quiero que sepas que te quiero, que eres la razón de mi vivir, la que me hace sonreír día a día y la persona en la que siempre pienso antes de irme a dormir y la primera que se me viene a la cabeza al despertarme. Te amo princesa.” Te dijo. 
Cuando oíste esas palabras tan preciosas te pusiste a llorar. 
- “No llores mi niña, por favor” te pidió. 
- “Lloro porque es lo más bonito que me han dicho nunca” le dijiste y te abrazaste a él. 
Él te apretó más contra su pecho. 
- “Entonces… ¿me perdonas?”. 
- “Claro que si tonto”. 
- “Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo”. 
Y te beso, por fin probaste esos labios que tanto anhelabas. 
- “Te quiero” le dijiste. 
- “Yo también te quiero princesa” te susurro Álvaro. 
Y os volvisteis a dar un beso.


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