Capítulo 45:
Narra Lucía:
Acababa de llegar a Madrid, quería darla una sorpresa, ha
pasado momentos muy difíciles y me necesita, así que he decidido venir a
visitarla, a apoyarla.
Me encamino a su casa, a casa de mi princesa, de María.
Quiero darla una sorpresa, no sé cómo reaccionará, espero
que se alegre mucho.
Didi me había dicho que estarían todos en su casa, bueno en
la mía si ella quiere.
Llego a casa y Didi me abre la puerta como habíamos
acordado.
-
Hola cielo – le digo.
-
Hola preciosa, pasa – me contesta – le va a
encantar, te ha echado mucho de menos.
Están todos en el jardín, incluido Blas. Me quedo observando
la escena y me fijo en ellos dos, se
encuentran sentados el uno junto al otro. Se están riendo, por lo menos son
felices. Pero… en los ojos de ella había tristeza, la entiendo, lo añora.
Me acerco despacio hacia ella, los demás me miran
asombrados, pero les hago un gesto para que guarden silencio. Llego hasta ella
y le tapo los ojos con mi mano.
-
Pero… ¿¡qué narices hacéis!? – se queja.
-
¿Quién soy? – la pregunto.
-
Pues… - titubea – no lo sé.
-
Si te digo que te conozco desde los tres años
¿quién crees que soy? – le digo.
-
No puede ser verdad ¿eres tú? ¿Lucía?
La destapo los ojos y se gira. Me mira sin creérselo y se
abraza a mí. De repente oigo unos jadeos, está llorando.
-
No llores cielo, ya estoy aquí. – la digo.
-
Te he echado tanto de menos, gracias, te
necesito aquí conmigo.
Así pasamos un rato juntas las dos, poniéndonos al día de
las novedades sobre todo de cómo se sentía
con respecto a Blas. La pobre está hecha polvo, el no poder decirle que lo ama,
la está matando.
Voy a la cocina a por un vaso de agua, cuando me choco con
alguien.
-
Lo siento no te había visto – le digo.
-
No te preocupes preciosa, ha sido culpa mía que
no había mirado – me dice.
Le miro, es Carlos, no me había fijado en lo guapo que era,
María me decía que él era perfecto para mí y muy guapo. La verdad es que no
mentía para nada, era guapo no lo siguiente.
Narra Carlos:
La miro, es preciosa, María me dijo un día que ella era
perfecta para mí y que era preciosa y la verdad no mentía.
Lucía, un bonito nombre para una bella persona.
-
A sí que tú eres la famosa Lucía – le digo sonriéndole.
-
A si es, y tú Carlos, el chico Auryn, ja, ja –
me contesta riéndose.
-
Ja, ja, así es.
Pasamos lo que queda de la tarde juntos, hablando de todo y conociéndola
mejor. La verdad es una chica maravillosa pero…
Siempre tengo un pero cuando conozco a una chica, el
problema es que he conocido a una chica por chat, si suena muy mal eso del
chat, porque siempre suele ser una farsa, pero yo tengo nombre falso y no le he
dicho quién soy en realidad, Carlos el de Auryn. Sabe cuál es mi nombre y he
quedado con ella en Madrid. Viene a visitar a una amiga que hace mucho que no
veía y hemos quedado en vernos mañana. Esa chica no sé cómo es físicamente,
pero me encanta su personalidad y su forma de pensar. Ella es una chica lista y
graciosa.
No sé qué hacer, me gustan las dos. Necesito hablar con
alguien.
-
¿Blas podemos hablar? – le pregunto.
-
Claro, ¿Qué te pasa? – se sienta en la cama de
mi habitación.
-
Estoy empezando a sentir cosas por Lucía – le confieso.
-
Pero eso es genial ¿no? – me dice entusiasmada.
-
No.
-
¿y eso?
-
¿Te acuerdas de la chica que conozco del chat?
-
Claro que sí.
-
Pues también siento cosas por ella y hemos
decidido quedar mañana para hablar, pero no sé si ir ¿qué crees que debería
hacer?
-
Yo creo que deberías de ir a esa cita a ciegas,
conocerla y ver que tal las cosas. Y después ya podrás decidir qué hacer.
-
Tienes razón Blas, gracias, añoraba tus consejos
– le digo y le abrazo.
-
Ya sabes que siempre me tienes aquí para lo que
necesites.
Llega la noche y decidimos quedarnos todos a dormir en casa
de las chicas. Me echo en la cama y pongo a pensar en mañana. ¿Qué pasará
mañana? ¿Cómo será? ¿Qué sentiré al verla? No sé cómo reaccionaré, espero que
por lo menos sea en personalidad igual que como la conozco por chat. No me
importa como sea físicamente, lo que me importa es que sea como me ha dicho que
es. Aunque claro yo la he mentido pero bueno…
A la mañana siguiente.
Me levanto, estoy muy nervioso. Hemos quedado en la plaza
Mayor. Yo iré con un gorro amarillo y una camiseta azul, lo acordado. Ella iría
con un vestido amarillo y una tira de margaritas en el pelo.
Cogí las llaves del coche y me dirigí hasta allí. Llego y me
pongo en mitad de la plaza buscándola. Cada vez estaba más nerviosa. ¿Y si no
venía? Alguien carraspeo.
-
¿Carlos? – pregunta alguien.
Me doy la vuelta y la veo. Mis ojos no se creen lo que ven.
Es…
Autora:
Siento haber tardado tanto en subir el capítulo pero como ya dije en el anterior he comenzado las clases y tardaré más en subirlos.
Espero que os haya gustado el capítulo y que dejéis vuestro comentario abajo.
Una vez más gracias por leer mi novela y ser fieles a mi novela, sin vosotras esto no seguiría adelante.
Gracias.
Besos.
María.