viernes, 26 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 23


Capítulo 23


Habían pasado dos meses desde que Blas se había marchado, la verdad lo estoy pasando muy mal y últimamente ya no hablamos tanto.

Cuando le llamo no contesta, le dejo mensajes y no me los contesta. Sé que esta ocupado, pero solo quiero que por lo menos me conteste.

Hace un par de días le llamé y estuvimos hablando. No era el mismo, no me decía cosas cariñosas, ni me decía que me echaba de menos, ni siquiera un te quiero.

Sé que le pasa algo, sólo que no se el qué.

Tenía libre cuatro días así que había decidido ir a Madrid para ver a Blas. Tenía unas ganas enormes de verle y de abrazarle. Le echaba de menos.

Cogí el avión y me llevo hasta allí. Estaba muy nerviosa y emocionada, ya que Blas no tenía ni idea de que iba a verle hoy.

Los padres de Blas me habían facilitado la dirección de Blas para que llegara sin problemas y pudiera darle una gran sorpresa.

Llegue a su casa y el portero me dijo que no estaba en casa, que había salido con sus amigos. Le pregunte donde podía encontrarle y me dio la dirección de una cafetería.

Me dirigí allí, de mientras pensaba en todos los momentos con Blas, los buenos y los malos. Y en que podríamos hacer estos cuatro días.

Llegue a la cafetería pero no lo encontré. Pregunte en la barra por si le habían visto. Pero no le habían visto.
Al salir por la puerta me topé con un chico muy mono, moreno, que me sonrió, tenía una sonrisa preciosa.

         -          Hola preciosa.
         -          Hola.
         -          ¿Cómo te llamas?
         -          María, ¿y tú?
         -          Álvaro, encantado.

Me dio dos besos.

         -          Me ha encantado conocerte pero estoy buscando a mi novio.
         -          Oh, vaya, tu novio. Claro. Bueno… otro día nos vemos, si eso.
         -          Claro.

Me despedí de Álvaro con una sonrisa y empecé a buscar. Me encaminé a un parque que había cerca.
Allí lo vi, pero lo que vi no me gusto para nada.

Blas se estaba besando con una chica preciosa. No pude más y comencé a llorar.

De repente Blas alzó la mirada y me vio. Se quedó sorprendido al verme, no se lo esperaba. Se separó de la chica y se dirigió a mí.

No podía creérmelo, después de todo lo que habíamos pasado, y él me engaña. Cogí y me marché.

         -          No María ¡Espera!
         -          No vete Blas, no quiero verte.

Me agarró de la mano y me paró.

         -          No por favor, yo… lo siento princesa, yo…
         -          No, basta ya Blas, deja ya de mentirme.
         -          María…
         -          ¿Sabes? Ojalá nunca me hubiera enamorado de ti, ojala nunca te hubiera conocido.

Y me marché llorando.

Corrí y corrí a más no poder. No sabía a donde ir. De repente me choqué contra alguien.

         -          Lo siento muchísimo.

Cuando me disculpé, miré a la persona con la que me había chocado.

Al verle, no pude más, y le abrace.

         -          No llores princesa, nadie merece que derrames lágrimas por él.

Abrazada a él me sentía segura y muy tranquila, era mi salvador. Con él parecía que todo iba a salir bien.

miércoles, 17 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 22


Capítulo 22


Narra Blas:

Cuando la voz dijo pasajeros a bordo del vuelo a Madrid, mi corazón se paró, y mis lágrimas recorrieron mi cara.

No quería marcharme, quería quedarme con María, estar con ella y no hacerla sufrir.

La mire a los ojos y vi en su mirada el dolor que había en ella y todo su sufrimiento, y no pude más.

         -          Me quedo. No puedo verte así, no pudo estar sin ti. Esta decidido, me quedo.

Narra María:

Blas me acababa de decir que se quedaba por mi. Era lo más bonito que habían echo y dicho por mi. Pero no iba a dejar que arruinara su sueño por mi.

         -          ¿Pero que estas diciendo Blas?
         -          Que me quedo contigo, que lo dejo.
         -          Ni loco, tú te vas.
         -          No, no me voy.
         -          Sí, si que te vas. No voy a dejar que arruines tu sueño, tu futuro, por mi.
         -          Pero… yo te amo.
         -          Lo sé, no lo voy a olvidar nunca, pero tienes que hacerlo. Estaré aquí y te apoyaré desde la distancia.
         -          Tengo miedo de perderte para siempre.
         -          No lo harás, no me perderas, te lo prometo.
         -          ¿Me esperaras?
         -          Te esperaré siempre.

Y me acercó a él y me beso. Le amo.

Se me dibujo una sonrisa en la cara, Blas iba a cumplir su sueño y eso es lo que importaba.

         -          ¿Y tú me esperaras?
         -          Siempre.

Nos volvimos a besar.

          -          Última llamada para los pasajeros con destino a Madrid.

Nos abrazamos y nos volvimos a besar.

          -          Llámame todos los días.
          -          Eso no lo dudes princesa.
          -          Te amo.
          -          Yo también te amo princesa.

Nos separamos y le dediqué mi mejor sonrisa de todas.

Se despidió de sus padres con un abrazo y se encamino a la puerta. Antes de pasar me miro por última vez y me dedicó esa sonrisa que tanto amaba, y desapareció.

Se marchó.

Me senté en el banco y me puse a llorar.

“Adiós Blas, pronto nos volveremos a ver, te amo” pensé.

Narra Blas:

Cuando María y yo nos despedimos fui a abrazar a mis padres y me encaminé a la puerta. Antes de entrar la miré una última vez. Estaba preciosa y con esa sonrisa que me mataba. Le dediqué esa sonrisa que ella siempre la volvía loca y desaparecí.

Me senté en mi asiento y ya no pude aguantar más y lloré, lo solté todo, todo aquello que había retenido por ella, para que no me viera así.

“Adiós María, pronto nos volveremos a ver, te amo” pensé.

martes, 16 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 21


Capítulo 21


Narra Blas:

Llegamos al aeropuerto, llegaba el momento. Entre por la puerta y me dirigí a la terminal, por la que salía mi vuelo.

Llegue allí, pero María aún no llegaba. Espero que venga, necesito despedirme de ella, como no venga me muero, no podría marcharme si ella no viene, estoy seguro y lo juro, que me quedo aquí, porque sabré que ella quiere que me quede.

Me senté en el banco y me dispuse a esperar a la llamada del vuelo.

Narra María:

El bus paró en la parada del aeropuerto, me baje y me dirigí a la puerta. Antes de pasar por la puerta, me pare.

No estaba segura de sí irme a despedir de Blas o no. Por una parte no quería verle, a sí estaba bien y no tendría que verle a los ojos y verle marcharse. Pero por otro lado quiero despedirme de él,  quiero verle por una última vez, besarle, abrazarle, y además Blas es capaz de quedarse porque yo no voy a despedirme de él, y no puedo dejar que él arruine su sueño, su vida, por mi.

Decidí entrar y que sea lo que tenga que ser.

Me dirigí a la terminal que Blas me había dicho ayer. Lo busque con la mirada y lo vi sentado en un banco.

Blas se percató de mi presencia y me miró, pude ver en sus ojos la tristeza y el dolor que había en ellos.

No podía mirarle a los ojos.

Me acerqué a él lentamente. El momento se acercaba.

Narra Blas:

Miré y la vi, estaba allí, preciosa como siempre. La mire con tristeza y ella me miró a los ojos y la vi que estaba muy triste. Se acercó a mi.

Me levante y me dirigí a ella.

La amaba, la quería, quería estar con ella.

Ella se acercó a mí y le abrí mis brazos. Ella corrió a ellos y se refugió en mis brazos llorando.

         -          Todo va a salir bien, tranquila, te amo y pronto volveremos a estar juntos, te lo prometo. ¿Vale?
         -          Vale.

Ella me miro a los ojos, se acercó a mis labios y me beso. Me beso como nunca lo había hecho.

Ese beso había sido el mejor y el peor de todos. Ha sido el último y el más doloroso de todos.

Narra María:

Me acerqué a él, Blas se levantó y se dirigió hacia mí con los brazos abiertos y corrí a ellos para refugiarme en ellos.

Cuando sentí sus brazos rodeándome, me sentí segura pero no pude evitar llorar. Le amo.

          -          Todo va a salir bien, tranquila, te amo y pronto volveremos a estar juntos, te lo prometo. ¿Vale?
          -          Vale.

Cuando Blas me dijo eso me sentí más tranquila, le miré a los ojos. Y acerqué mis labios a los de él y le bese como nunca antes lo había hecho.

Ese beso había sido el más maravilloso de todos pero el más doloroso de todos.

Una voz nos separó.

          -          Pasajeros a bordo para el vuelo a Madrid.

Entonces ya no pude parar de llorar, se iba, había llegado el momento.

Vi que unas lágrima corrían por su mejilla.

lunes, 15 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 20


Capítulo 20


Narra María:

Habían pasado ya los tres días, hoy era el momento, ese momento que no quería que hubiera llegado, ese momento que no quiero que pase.

Hoy Blas se marchaba a Madrid.

Le iba a echar muchísimo de menos, pero me alegro por él, es su sueño, vivir de la música y espero que lo consiga porque se lo merece.

Estos tres días habían sido inolvidables, no me había separado de Blas ni un momento. Cada día le amo más.

Sé que me va a doler mucho cuando se valla, sólo espero poder sobrellevarlo.

Me levante y me vestí. Baje a desayunar, mis padres ya estaban allí desayunando.

        -          Hola princesa.
        -          Buenos días.
        -          Ya llegó el día ¿no?
        -          No hace falta que me lo digas a todas hora papá.
        -          Lo siento, ¿Quieres que te lleve?
        -          No gracias papá, cogeré el autobús.
        -          De acurdo.

Acabe de desayunar, cogí el móvil, las llaves y la tarjeta del bus. Salí de casa y me dirigí a la parada del bus.
Cuando llegó el bus, entré y me senté. El autobús me llevaba al aeropuerto. Unas lágrimas surcaron mi cara.

Me llevaba a la despedida más dolorosa de todas.

La marcha de Blas.

Narra Blas:

Había llegado el día, ese día que no quería que llegara pero que a la vez quería. Por una parte quería cumplir mi sueño, hacer lo que quiero, pero por otra parte no sé si voy a poder soportar la despedida con María.

Mi niña, como la voy a echar de menos, estos tres días habían sido únicos y especiales. No me había apartado de ella ni un instante, quería aprovechar todo el tiempo posible con ella.

Me levante y me vestí. Baje a desayunar y mis padres ya estaban allí. Cuando terminé de desayunar fui a buscar mis maletas y las metí en el maletero del coche.

Mis padres me esperaban en el coche pero decidí volver a entrar en mi casa. Esa casa había sido la que me había visto nacer, la que me ha visto crecer, llorar, reír y sobre todo la que me ha visto feliz junto a María. La que nos ha guardado desde pequeños nuestros secretos. Una lágrima se deslizo por mi mejilla.

Entre en el coche un poco triste, ese, es y será siempre mi hogar, mi casa.

Nos dirigimos al aeropuerto.

Aquel que me iba a hacer dar un paso muy importante en mi vida y aquel que me va hacer dejar a algo muy importante.

Se acercaba la despedida con María, iba a ser doloroso, lo sé.

Sólo espero poder afrontarlo.

domingo, 14 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 19


Capítulo 19


Narra María:

        -          María, no soporto verte a sí y te echo de menos.
        -          No te creo, si fuera así ahora mismo no estaríamos así sino juntos.
        -          Te amo. No quiero perderte.
        -          Ya lo has hecho.
        -          ¿Y si te dijera que lo intentáramos, que me dirías?
        -         

¿Blas me acababa de decir que si lo intentábamos? Esto tenía que ser una broma, no puede ser verdad.

        -          ¿Blas qué…
        -          Te amo, te necesito, quiero estar contigo…
        -          No te entiendo Blas, primero me dejas porque no va a funcionar y ahora me pides volver, ¿a qué juegas?
        -          No estoy jugando a nada María, esta vez estoy seguro al 100% de que quiero estar contigo pase lo que pase, por lo menos a intentarlo.
        -          Blas yo…

Blas no me dejo acabar, se acercó a mí, me atrajo hacia él y me beso.

Fue un beso lleno de pasión, anhelo, deseo, amor… fue un beso absolutamente perfecto.

Le echaba de menos, volver a probar sus labios era volver a sentirme viva, a ser feliz, a estar llena por dentro.

Lo había echado de menos.

Cuando nos separamos nos miramos a los ojos y no pude aguantar más, cogí, le agarre de la camiseta y le acerque a mí.

        -          Te amo.

Y le bese como nunca antes le había besado.

        -          Yo también te amo princesa. ¿Entonces lo intentamos?
        -          Claro que sí.

Nos volvimos a besar. Esta vez Blas se tumbó encima de mí, mientras yo, no le dejaba de besar y acariciar.
Así pasamos un buen rato, entre besos y caricias. Ninguno quería separarse.

Apoyada en su pecho, me puse a pensar que a lo mejor si funcionaría,  a lo mejor todo iba a salir bien. O eso creía.

Narra Blas:

Cuando no deje terminar a María y la bese, volví a nacer, volví a sentirme lleno por dentro, ahora estaba otra vez completo.

Nos separamos, nos miramos y María tiró de mi camiseta hacía ella.

        -          Te amo.

Cuando me dijo que me amaba me sentí el hombre más feliz sobre la faz de la tierra.

        -          Yo también te amo princesa. ¿Entonces lo intentamos?
        -          Claro que sí.

Cuando me dijo que si la bese, y no la deje escapar.

Ella se tumbó en mi pecho, estaba preciosa a la luz del sol. Ahora que la miraba compendia lo afortunado que era al tenerla conmigo.

Ahora haría todo lo que fuera por conservarla, por tenerla, por no perderla.

Bueno o eso pensaba yo.

jueves, 11 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 18


Capítulo 18


Narra María:

Blas me acababa de decir hola, no sabía que decirle, estaba muy cortada. Estuve un rato sin decirle nada y él me miró con cara de interrogación.

Al cabo de un rato desperté de mi trance.

        -          Hola Blas, pasa.

Me aparté de la puerta y le dejé pasar, el entró y yo cerré la puerta. Se quedó esperándome y cuando seguí mi camino hacía la cocina, él me siguió.

        -          Mamá.
        -          Dime cariño.
        -          Me voy al jardín a escuchar música, si necesitas algo estoy allí.
        -          Vale cielo.

No quería estar allí, no estaba para nada a gusto y menos teniendo a Blas a mi lado.

Me encamine al jardín, tendí una toalla y me tumbe a escuchar música. La música me relajaba, me hacía sentirme bien y evadirme del mundo, que es lo que necesitaba en este momento.

Me sentía en paz.

Narra Blas:

Por fin María me saludo, estaba muy rara la verdad. Casi ni reconocía su actitud. Le dijo a su madre que se iba a escuchar música al jardín y lo comprendí.

Escuchar música para María, es su forma de evadirse y de reflexionar, la hacía sentirse tranquila y segura, con una paz interior. Entonces fue cuando comprendí porque lo hacía, se sentía incómoda en mi presencia y quería alejarse de mí.

Pero hay algo que necesito saber antes de marcharme y pienso averiguarlo hoy.

Me dirigí al jardín y la vi allí, tumbada en la toalla, con el sol reflejado en su cara. Me quede embobado viéndola, parecía una diosa, MI diosa.

Desperté de mi trance cuando una gaviota paso por delante de mí.

Me acerqué a ella y me paré a escuchar. Estaba cantando. Era una de las pocas veces que la había escuchado cantar, ya que no deja que nadie la escuche, y como todas las veces, escuchando a escondidas. Tenía una voz maravillosa y perfecta.

Me fui acercando y me tumbé a su lado. Estaba preciosa. Entonces María se percató de mi presencia, me miró, he hizo un ademán de levantarse. Pero la agarre del brazo.

         -          No espera María, ¿quiero hablar contigo?
         -          ¿De qué Blas? No tenemos nada de qué hablar, ya lo dejamos bien claro.
         -          No, no lo dejamos bien claro.
         -          ¿A no?
         -          No, escúchame por favor.
         -          ¿Qué quieres?
         -          Te amo María.
         -          Blas…
         -          Por favor déjame acabar.
         -          Vale.
         -          Te amo, sigo creyendo que no es bueno que sigamos juntos, pero necesito saber que sabes que yo te amo y que si pudiera, haría cualquier cosa por estar contigo.
         -          No, no haces cualquier cosa, podríamos por lo menos intentarlo y tú ni siquiera lo intentas, así que no me vengas ahora diciéndome que me amas y qué harías cualquier cosa por estar juntos, porque es mentira.
         -          María, no soporto verte a sí y te echo de menos.
         -          No te creo, si fuera así ahora mismo no estaríamos así, sino juntos.
         -          Te amo. No quiero perderte.
         -          Ya lo has hecho.
         -          ¿Y si te dijera que lo intentáramos, que me dirías?
            …

miércoles, 10 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 17


Capítulo 17


Narra María:

Habían pasado ya dos semanas desde que Blas y yo lo dejamos, y la verdad para ser sincera, han sido las dos peores semanas de mi vida, sin lugar a duda. Le echaba mucho de menos, verle, que me regalara una sonrisa, mirarle a los ojos…

Cada vez que le veía por la calle o cuando quedábamos todos juntos, tenía unas ganas irresistibles de abrazarle, de volver a sentirme segura entre sus brazos, pero siempre acababa por rechazar esas ganas por él, él había querido esto.

El fin del verano estaba a la vuelta de la esquina y Blas se marchaba dentro de tres días, no sabía que iba a hacer cuando se fuera, no soporto estar separada de él, aunque ahora me conformo con verle de lejos, pero cuando se vaya no sé qué va a ser de mi sino le tengo cerca.

Y la verdad, mi madre tampoco ayudaba mucho, había preparado una comida como despedida para Blas con nuestras respectivas familias, ya que mi madre y su madre son amigas desde pequeñas. La verdad no me ayuda mucho porque tendré que verle y sé que voy a estar incomoda.

Pero bueno, habrá que ir ya que mi madre no me deja escaquearme. Tendré que verle.

Me fui a preparar ya que dentro de media hora llegaran y todo tiene que estar listo.

Narra Blas:

Habían pasado ya dos semanas sin María y han sido las dos semanas más duras, la echo de menos, y cuando me vaya no sé cómo voy a poder soportar estar lejos de ella. Pero sigo creyendo que es lo mejor o eso espero.

Hoy íbamos a casa de María a comer, su madre me había preparado una comida como despedida. Se lo agradezco mucho pero, ver a María…

Tengo ganas de verla, de ver sus ojos, su sonrisa, que hace mucho que no la veo, pero la verdad hay una cosa que echo de menos, que es poder hablar con ella, que me escuche, que me aconseje, pasar un buen rato con ella, verle sonreír y sobre todo hacerla reír.

Me arregle y me dirigí con mis padres a su casa. Tenía ganas de llegar para poder verla. Seguro que estaba preciosa como siempre.

Narra María:

Me puse un vestido blanco de tirantes ya que hoy era un día muy caluroso. Llamaron a la puerta.

         -          María, cariño, ¿puedes abrir la puerta?
         -          Claro, mamá, si no hay más remedio.

Llegue a la puerta y abrí la puerta, cuando la abrí me topé con sus preciosos ojos, esos ojos tan espectaculares.

Le mire, estaba guapísimo, perfecto como siempre. Nos quedamos mirándonos embobados los dos sin apartar la mirada del uno del otro, estaba perdida en sus ojos, y estaba flotando en las nubes.

         -          Ejem, ejem, ¿os vais a quedar allí todo el día o nos vais a dejar pasar? Ja, ja, ja.
         -          Eh? A sí, claro papá, ya os dejábamos pasar.
         -          Si hijo, sí, ja, ja, ja.

Blas y yo desconectamos la mirada cuando su padre nos interrumpió, me puse roja y les dejamos pasar.

Narra Blas:

Cuando se abrió la puerta, me topé con sus preciosos ojos marrones achocolatados, la mire y estaba perfecta, hermosa como siempre. Nuestras miradas conectaron al instante y no quise apartar la mirada de ella, con ella todo estaba bien, me hacía sentirme seguro.

De repente una voz nos interrumpió.

         -          Ejem, ejem, ¿os vais a quedar allí todo el día o nos vais a dejar pasar? Ja, ja, ja.

Que oportuno mi padre como siempre.

         -          Eh? A sí, claro papá, ya os dejábamos pasar.
         -          Si hijo, sí, ja, ja, ja.

María y yo desconectamos la mirada, se puso roja, que tierna estaba así y les dejamos pasar.

         -          Hola.

Le dije tímidamente. Paso un rato y ella no me contestó al saludo. ¿Estaría enfadada conmigo? ¿Por qué no me hablaba? ¿Seguirá enfadada?¿Me habrá perdonado ya? 

Aún no lo sé, pero prometo averiguarlo pronto.

martes, 9 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 16


Capítulo 16


Narra María:

Sabía lo que conllevaba esas palabras, estaba renunciando a Blas, estaba echando a perder nuestra relación, pero si es eso lo que él quiere y cree que es lo mejor, no voy a ser yo la que le impida que sea libre, más bien todo lo contrario, si es eso lo que quiere, que no estemos juntos, no lo estaremos.

         -          ¿Qué quieres decir?
         -          Quiere decir, que eres libre de hacer lo que quieras que yo no voy a ser quien te lo impida. Que lo nuestro sé acabo, que se terminó.
         -          ¿Me lo estás diciendo de verdad?
         -          Sí, pero por favor, ¿puedes hacer algo por mí?
         -          Claro princesa.
         -          No vuelvas a decirme que me amas, que me quieres, que soy tu princesa, ni nada.
         -          Pero…
         -          Nada de peros Blas, tú has sido quien ha querido que esta relación se termine, ¿no?, pues entonces se termina definitivamente.
         -          ¿Me estas queriendo decir que te he perdido para siempre?
         -          Sí. No puedo estar con alguien que ni siquiera lucha por nuestro amor, y no sé si algún día te perdonare, pero cuando lo haga lo único que te puedo ofrecer es mi amistad.

Cogí y me marché de allí, no quería verle, me había hecho muchísimo daño y lo que menos quería hacer ahora mismo era mirarle a los ojos, esos ojos que hacían que me delatará sola, que me perdiera en ellos… 

Me marché a casa llorando.

Narra Blas:

Cuando María me dijo esas palabras, mi mundo se paró, dejó de girar y mi vida dejó de cobrar sentido. La acababa de perder para siempre. La amo. No me voy a perdonar nunca el haberla perdido, ella es la persona que más amo en este mundo, ella es la persona a la que le he entregado mi corazón y por eso sé que jamás me voy a enamorar de otra persona, sé que ella será la única.

Me fui a casa destrozado, sólo pensaba en ella, en todo su ser, en lo perfecta que era, y saber que ya no era mía y que nunca más iba a poder estar con ella, mi corazón se rompía más y más, en pedacitos.

Cuando llegué a casa, me fui a mi habitación y vi su foto en mi mesita de noche y mis lágrimas amenazaron con salir pero las reprimí.

Me acosté en la cama, y fue entonces cuando recordé todos los momentos vividos con ella, desde pequeños hasta el último beso que me había dado con María y ya no pude aguantar más y dejé que mis lágrimas recorrieran mi cara y empaparan mi almohada.

Entonces ya lo comprendí y supe que jamás volvería a estar con ella, que la había perdido para siempre.

Narra María:

Cuando llegue a casa quería morirme, ya no aguantaba más, esto dolía y mucho, y saber que no puedo hacer nada al respecto hace que sufra más. El no poder hacer nada porque él ya lo ha decidido, es muy frustrante y a la vez doloroso.

Me metí en mi habitación y me acosté en la cama, y entonces comencé a recordar todos los momentos vividos con Blas, desde que éramos pequeños hasta el último beso que nos dimos en la playa, y ya no pude más y comencé a llorar, no podía parar de llorar, mis lágrimas recorrieron mi cara y empaparon mi almohada.

Entonces ya lo comprendí y supe que jamás volvería a estar con él, que le había perdido para siempre.

lunes, 8 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 15


Capítulo 15


Narra María:

        -          La prueba ya ha sido, y queremos comenzar una carrera musical los cinco. Pero para eso tengo que irme a vivir a Madrid.
        -          Pero no lo entiendo Blas, que tiene que ver eso con nosotros.
        -          Tiene que ver que las relaciones a distancia nunca funcionan, que no te veré, que no podremos estar juntos.
        -          Blas ni siquiera lo has intentado.
        -          Sé que no funcionará.

Cuando Blas me dijo esas palabras no pude evitar llorar, no podía creerme lo que me estaba diciendo, ni siquiera lo habíamos intentado, no sabíamos si funcionaria o no.

Sus palabras me dolieron mucho y mi corazón se me hizo pedazos. No aguante más, me levante y me marche de allí.

Sentía como Blas me seguía y eche a correr, quería estar sola, evadirme del mundo, pensar, no quería estar con nadie.

Sabía que Blas me seguía pero me dio igual, seguí corriendo hasta que llegue a la playa. Me senté en la arena y me dije a mi misma.

        -          ¿Por qué? Porque tenía que enamorarme, le amo y lo único que ahora estoy haciendo es sufrir por él. No tenía que haberme enamorado de Blas.

Narra Blas:

De repente María echo a correr y la seguí, no podía dejarla así sin saber que me comprendía, que lo comprendía, que era lo mejor.

No puedo verla así y ser yo el causante de ese sufrimiento hace que sufra más y que me eche la culpa.

Llegamos a la playa, la playa para María era el mejor sitio para pensar y reflexionar. La vi que se sentaba y me acerque a ella.

Entonces escuche lo que se decía a sí misma.

        -          ¿Por qué? Porque tenía que enamorarme, le amo y lo único que ahora estoy haciendo es sufrir por él. No tenía que haberme enamorado de Blas.

Cuando dijo esas palabras mi mundo se vino abajo, se derrumbó todo y mi corazón se rompió en mil pedacitos que nadie podrá pegar, salvo ella.

        -          María…

Narra María:

Entonces oí como alguien se acercaba a mí, se agachó y me dijo:

        -          María…

Me gire y era Blas como me imaginaba, estaba sufriendo lo sabía por su mirada.

        -          ¿Qué?
        -          Por favor, María entiéndeme, es mi sueño y …
        -          Lo sé Blas, sé que es tú sueño, llevas soñando con esto desde que eras pequeño, lo que más me duele es que me dejes sin que si quiera lo hayamos intentado aunque sea. Que tires por la borda estas semanas que hemos pasado y que no intentes ni siquiera tener una relación a distancia. Sé que lo haces por mi bien, lo entiendo, no me quieres ver sufrir porque tú no estás conmigo. Pero, ¿sabes una cosa?
        -          No dime.
        -          Que prefiero sufrir porque no te veo, que no tenerte. Lo prefiero porque vale la pena esperar solamente para verte, aunque sea una vez al mes. Eso me significa más y me vale, que el no tenerte.

Cuando le dije eso me sentí bien, había soltado todo lo que quería decirle. Blas se me acercó y me beso apasionadamente.

        -          María te amo, no lo olvides.

Le miré a los ojos y comprendí que no iba a cambiar de parecer y que iba a seguir con su decisión.

        -          Yo también te amo.

Él me sonrió. Y entonces yo también tome la mía.

         -          De acuerdo, no me interpondré en tú camino.

Narra Blas:

María me acababa de decir que me amaba y me sentí feliz. Y le sonreí.

         -          De acuerdo, no me interpondré en tú camino.
         -          ¿Qué quieres decir?

¿Qué quería decir María con esas palabras? No lo sé pero me habían dolido mucho y note como se me desgarraba el corazón.

viernes, 5 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 14


Capítulo 14

Narra María:


        -          Claro cielo ¿dime?
        -          Siéntate, por favor.
        -          Blas me estas asustando, ¿qué pasa?
        -          María yo, tengo algo importante que decirte.
        -          Blas suéltalo ya.
        -          Yo lo siento, sé que me vas a odiar cuando acabe pero quiero que sepas una cosa. Te amo.
        -          Yo también te amo Blas, pero dímelo ya me estas asustando.
        -          María esto se acabó.
        -          No te entiendo Blas.
        -          Lo nuestro, no podemos estar juntos.

Cuando Blas me dijo esas palabras mi corazón se rompió en mil pedazos, no podía creerme lo que oía. Mis lágrimas comenzaron a surcar mi cara. Se me nublo la vista.

Entonces Blas me abrazo.

        -          No llores por favor, no soporto verte así.
        -          Pero no lo entiendo, ¿Qué es lo que he hecho mal?
        -          Tú no has hecho nada malo, en serio. El problema soy yo.
        -          Ya no me quieres ¿verdad?
        -          Te amo y eso no lo va a cambiar nada ni nadie.
        -          ¿Entonces?
        -          Escúchame, te lo voy a explicar pero déjame terminar, por favor.
        -          Vale, te escucho.

Blas me agarró de las manos, me miró a los ojos y se dispuso a contarme el porqué.

Narra Blas:

No soportaba verla así y saber que es por mi culpa. Me odio a mí mismo por tener que hacer esto, pero creo que va a ser lo mejor para los dos.

Una relación a distancia nunca funciona, aunque la ame, sé que no nos vamos a ver mucho. Sé que la voy a echar de menos, mucho la verdad, pero va a ser lo mejor.

        -          María, el padre de Ane me ha conseguido…
        -          A ya veo el padre de Ane.
        -          María, prometiste dejarme terminar.
        -          Lo siento.
        -          Pues eso que me ha conseguido una prueba para un grupo de música formado por cinco chicos para cantar.
        -          Pero eso es maravilloso ¿y cuándo es la prueba?
        -          La prueba ya ha sido, y queremos comenzar una carrera musical los cinco. Pero para eso tengo que irme a vivir a Madrid.
        -          Pero no lo entiendo Blas, que tiene que ver eso con nosotros.
        -          Tiene que ver que las relaciones a distancia nunca funcionan, que no te veré, que no podremos estar juntos.
        -          Blas ni siquiera lo has intentado.
        -          Sé que no funcionará.

Cuando dije esas palabras María comenzó a llorar más y más. Me dolía verla así, se me partía el corazón pero era lo mejor para los dos. O eso creía.

Un amor de verano - Capítulo 13


Capítulo 13


El verano estaba a punto de finalizar, y como bien os había dicho, esto era un amor de verano.

Narra María:

Blas y yo llevábamos juntos desde entonces, no podía estar más feliz. Blas era absolutamente perfecto, era mi chico perfecto. 

Esta tarde había quedado con Blas, como siempre, en nuestro banco del parque.

Ese banco, que nos había visto crecer, reír, soñar, llorar, pensar, sufrir, amar…

Ese banco sin duda era nuestro lugar preferido.

Me arreglé y me dirigí al parque. Por el camino iba pensando en lo que había decidido al principio del verano, que este verano iba a ser mi verano, que me olvidaría por completo de los chicos y viviría día a día, pero me ha sido imposible. ¿Cómo olvidarse de Blas? Eso es imposible, y ahora más que nunca. Le amaba mucho y me hacía tan feliz.

Llegué al parque y Blas aún no había llegado así que decidí sentarme en nuestro banco a esperarle.

Narra Blas:

Hoy había quedado con mi princesa, como la amo, en serio. Es un sol y bueno de ella puedo solo decir cosas buenas. Pero tengo una mala noticia. No sé qué voy hacer, sé que la voy a hacer daño, y que va a sufrir por mi culpa, pero espero que me entienda, es mi futuro, mi sueño y lo malo de esto, es que no voy a poder compartirlo con ella.

Sé que me voy a odiar siempre, por lo que estoy a punto de decirle y que nunca me voy a perdonar lo que le voy a hacer, solo espero que algún día me pueda perdonar, porque lo que no quiero es perderla, sé que la voy a perder pero por lo menos espero que cuando se le pase, que podamos volver a ser amigos.

Sólo espero que algún día María pueda perdonarme.

La verdad no me esperaba esto de Ane, fue ella quien le dijo a su padre el hacer este proyecto, y la verdad tengo que reconocer que, voy a cumplir mi sueño gracias a ella. No me lo esperaba esto de ella, después de como habíamos acabado, pero bueno se ve que las personas cambian.

Narra Ane:

        -          Muchas gracias, papi.
        -          De nada princesa, pero ¿Por qué haces esto cariño?
        -          Si Blas no está conmigo no estará con ninguna.
        -          Pero cariño…
        -          Nada peros papi, no voy a permitir que Blas este con otra. Gracias por ayudarme en mi venganza.
        -          De nada cielo.

Gracias a mi papi había conseguido mi venganza, Blas y María ya no volverán a estar juntos más. Y además me he ganado muchos puntos con Blas y más ahora que somos amigos, pero solo por ahora.  Blas no estará con nadie que no sea yo.

Narra María:

Levante la mirada y allí le vi, perfecto como siempre. Le sonreí pero él no me correspondió a la sonrisa. Le mire a la cara y pude notar que había estado llorando y no traía una buena cara. ¿Qué había pasado? Me temía lo peor.

Antes de que llegara corrí hasta él y le abrace, sé que lo necesita aunque no me lo diga.

        -          Hola chiquitito ¿Qué te pasa amor?
        -          ¿María?, tenemos que hablar.

Cuando me dijo esas tres palabras supe que algo no iba bien y que esta situación no me gustaba nada de nada.

        -          Claro cielo ¿dime?
        -          Siéntate, por favor.
        -          Blas me estas asustando, ¿qué pasa?
        -          María yo, tengo algo importante que decirte.
        -          Blas suéltalo ya.
        -          Yo lo siento, sé que me vas a odiar cuando acabe pero quiero que sepas una cosa. Te amo.
        -          Yo también te amo Blas, pero dímelo ya me estas asustando.
   -     María, ésto se…

jueves, 4 de abril de 2013

Un amor de verano - Capítulo 12


Capítulo 12


Narra Blas:

A la mañana siguiente me desperté muy feliz acordándome de la noche tan  maravillosa que había pasado con María.

De repente me acordé de Ane y de que hoy tenía que decírselo. La escribí un mensaje para quedar dentro de media hora en la cafetería de la plaza.

Me vestí y me dirigí allí, mientras iba pensando en cómo iba a decírselo. Antes de entrar mande un mensaje a María diciéndola: “Buenos días princesa, ya te echo de menos, estoy a punto de contárselo. Te amo pequeña.”

Entré a la cafetería y allí estaba Ane sentada. Llegue hasta ella e intento besarme pero yo aparte la cara.

        -          Hola Ane.
        -          Hola Blas, ¿ya has decidido?
        -          Si ya lo tengo decidido.
        -          Y bien, ¿a quién has elegido?
        -          La elegido a María.
        -          ¿¡QUÉ!?
        -          Si, la quiero, la amo y quiero estar con ella.
        -          Pero ¿y nosotros?
        -          Lo siento Ane, siento hacerte daño, pero lo que siento por ella es amor y lo que siento hacia ti era cariño y no puedo estar mintiéndome a mí mismo ni a ti, no sería justo. Lo siento.
        -          ¿Sabes que con ella no tienes futuro?, ella no es nada comparada conmigo.
        -          Para mi ella es perfecta, además la elegido también por otras dos razones más.
        -          ¿Así? ¿cuáles?
        -          Ella ha sido siempre mi mejor amiga y nunca me ha pedido que escogiera entre tú y ella por muy mal que la caigas. Y la otra no soporto que me mientan solo porque estén celosas.
        -          Blas, yo…
        -          Lo siento, Ane, en serio, pero hasta aquí ya llegado lo nuestro.

Cogí y me levanté de la mesa y salí fuera. Me encontraba muy feliz y agusto me había quitado un peso de encima. Y ya no sentía esa culpa por dentro.

Me dirigí a casa de María para contarle que por fin podríamos estar juntos.

Narra María:

Me desperté gracias a mi móvil, quien habrá sido el listo que me ha despertado. Abrí el móvil y había un mensaje, era de Blas. Enseguida se me quito el enfado y lo leí en él ponía: “Buenos días princesa, ya te echo de menos, estoy a punto de contárselo. Te amo pequeña.” Cuando leí el mensaje se me dibujo una sonrisa. Que mono era. Y por fin iba a hablar con Ane.

Me levanté, me vestí y baje a desayunar. Había dormido muy bien, claro había soñado con Blas ja, ja, ja.
De repente alguien tocó el timbre y fui a abrir la puerta. Allí estaba Blas, más guapo que nunca, bueno siempre lo estaba.

        -          Buenos días princesa.
        -          Buenos días chiquitín.
        -          Ya está todo arreglado, por fin podremos estar juntos.
        -          ¿En serio?
        -          En serio.

Corrí hacía él y le bese como si no hubiera mañana. Por fin, por fin íbamos a estar juntos.

        -          Te amo princesa.
        -          Yo también te amo.

Nos volvimos a besar y nos quedamos allí abrazados.

Lo que no sabíamos es que había alguien observándonos, planeando su venganza.